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Mi Ángel

 

Mi Angel, bebé con anencefalia

Cuando supe que estaba embarazada tenía 5 semanas, fue la noticia más hermosa que he recibido en mi vida, por fin iba a ser madre, por fin tendría un bebe que tanto anhelaba y con el hombre que amo. Yo presentía estar embarazada y un lunes en la mañana cuando llegue al trabajo, fui corriendo a comprar a la farmacia un test de embarazo y me devolví a la oficina, me metí al baño corriendo y espere hasta que salió el resultado: POSITIVO. No cabía en mí la felicidad, entonces a la hora de almuerzo fui a comprar un chupete de niña y un toma chupe de niño y lo envolví en un papel de regalo junto con el test de embarazo y en la noche hice una cena para mí y Mi Carlitos (mi novio ) y en plena cena le entregue el regalo, comenzó a reírse de puro nervios, me abrazo y nos pusimos muy contentos, fue genial!!.

Fui al ginecólogo y le conté, y le pedí un examen de sangre para saber si estaba en lo correcto, pero él me dijo que no era necesario, yo iba hacer madre.

Paso el tiempo y mi ginecólogo me dijo que me hiciera la ecografía correspondiente a las 12 semanas de embarazo, dicen que esa ecografía es la más importante ya que es la instancia donde se ven las mal formaciones de los bebes, si vienen con síndrome de Down, etc.

Cuando cumplí 12 semanas, partimos con Mi Carlitos a la clínica, llegamos a la consulta y mi ginecólogo comenzó a revisarme, Mi Carlitos estaba a mi izquierda tomándome la mano, yo miraba la pantalla negra atentamente, cuando colocó el aparato en mi guatita y prendió la pantalla, vi a mi bebe y supe inmediatamente que algo andaba mal, su cabecita era distinta, miré al médico y vi su cara de asombro, ahí entendí que mis dudas podrían ser ciertas. Paso un rato, un silencio, después que lo revisó completo, yo le pregunte como estaba mi hijo y él me dijo que tenía malas noticias, el bebé tenia acreana, nos explicó de qué se trataba, Carlos le preguntó cuales eran las posibilidades de vida de nuestro bebé y el médico contestó que eran nulas, yo quedé impactada, desorientada, solo lloraba y no podía entender lo que nos estaba sucediendo. El médico, nos aconsejó hacernos otra ecografía pero a las 14 semanas, pero él nos aseguraba en un 99% que el diagnostico era ese, en base a eso nos resignamos.

Cumplimos las 14 semanas y nos revisamos con dos ginecólogos y ambos nos dieron el mismo diagnostico, nada que hacer, y a la vez nos dieron la linda noticia de saber que nuestro bebe era hombre, entonces una vez que salimos de la clínica, ya completamente asumida la triste noticia, Mi Carlitos nos invitó a almorzar al restaurant “Doña Tina”, cominos muy rico e hicimos un brindis por nuestro hijo y lloramos nuestra pena.

Decidí seguir trabajando, sentía que si me quedaba en mi departamento podría caer en una depresión y no quería que mi hijo pasara por eso, trabaje hasta el último momento, de hecho tuve que aprender a enfrentar a cada persona que amablemente se alegraba de verme embarazada y me hacía preguntas, que qué era?, como se iba a llamar?; que como me sentía?; como estaba el bebe? y cuando llegaban a esa pregunta, ahí tenía que explicar lo que pasaba con mi hijo y les juro que todos!, todos quedaban asombrados de la decisión que habíamos tomado, la mayoría me decía que porque no había abortado, que como podía soportar ese sufrimiento, que era estar muerta en vida, y yo les explicaba que no, de ninguna manera podría abortar a mi hijo, porque nuestro hijo fue concedido con amor y el hecho que viniera mal no era su culpa, era una vida engendrada con mucho amor y jamás lo hubiésemos hecho. También hubo gente que me felicitaba por la decisión tomada, me decían que era valiente al continuar con mi embarazo, pero yo no me sentía así, yo creía que cualquier mujer en el mundo, de cualquier edad, a la que Dios le regala un hijo tomaría la misma decisión que yo, pero luego pensaba en esas madres que por ser cobardes de afrontar una vida, deciden abortar a un bebe sano, y yo no podía entender que este bebe que deseaba con todo mi corazón viniera mal, entonces dije porque Dios le da hijos a mujeres que no los quieren y a mí me quita el mío, si yo lo anhelaba tanto, con toda mi alma, con todo mi corazón, después entendí que yo no debía juzgar a nadie y que no debía preguntar el porqué?, sino el Para qué?, y con el avance del embarazo comprendí a que vino mi hijo al mundo.

Todo mi postnatal fue maravilloso, mi hijo se porto un 10, conversábamos mucho, yo le cantaba, le hablaba y él me contestaba con pataditas como diciéndome..si mami yo te escucho, me habían dicho que estos niños como Mi Ángel no escuchan, pero yo creo que sí, mi hijo cada vez que yo me tocaba la guatita el me pateaba. Nunca sentí nauseas, ni mareos, ni vómitos, nada, solo el antojo de comer hamburguesas y yo sabía que le encantaba los super8, el se portó lo más grato posible conmigo.

Mi Angel, bebé con anencefalia

Cumplí las 41 semanas y fuimos a tener a nuestro bebe, el ginecólogo siempre hablo que se podía tener un parto normal, así que optamos por eso. Estuvimos cerca de una hora en el pabellón y al médico le costó sacar a mi hijo, de hecho tuvo que pedir ayuda a otro doctor, mi hijo nació muerto, era un 19 de marzo de este año, me pasaron a mi hijo envuelto en una mantita celeste, con un gorrito, para no verle la malformación, pesó 3 kilos 245 gramos y midió 51 centímetros, yo lo vi y mi bebe era perfecto, era hermoso, tenía sus ojos medios abiertos eran negros oscuros, su nariz era igual a la mía y sus labios carnuditos eran los de su papá, tenía unos cachetitos bien gorditos rosaditos, yo no dejaba de contemplarlo lo mire, lo mire, lo bese, le vi sus manitos, me corrían las lagrimas de emoción de verlo, de por fin conocerlo…mi hijo era demasiado hermoso para estar en este mundo…se lo pase a Mi Carlitos, él tomó, lo miró, y mientras lo contemplaba, las lagrimas corrían por sus mejillas, yo no podía dejar de emocionarme, éramos padres por primera vez en la vida, pero por muy poco tiempo. Después de un rato, Carlos me paso a Ángel y se fue del pabellón, y yo seguí contemplando a mi hijo, mi intensión era vestirlo, pero la verdad es que no fui capaz, totalmente adolorida y cansada, se lo pase a las enfermeras y ellas lo vistieron, ellas espontáneamente le dieron la bendición a mi hijo con agua bendita que yo traía, yo quería hacerlo, pero no me molestó que ellas lo hicieran, al contrario se los agradecí. Yo solo sentía alegría de tenerlo en mis brazos y pena porque no se movía, no lloraba, no hizo nada, solo me dejo su mirada, que jamás en la vida la voy a olvidar….

Al día siguiente, sentía una angustia enorme en el pecho, pedí ver a mi hijo, entonces me llevaron a verlo, me encerré en una habitación con mi príncipe valiente, lo contemple, lo miraba, le converse mucho, le dije que lo amaba con todo mi corazón, que era el bebe más hermoso de este universo, que era demasiado perfecto para estar acá, si lo hubiesen conocido, ni parecía un bebe enance fálico, su malformación no se notaba, de hecho le levante el gorrito para verlo y tenía mucho pelito negro, solo tenía la mollera un poquito hundida, pero no se le notaba nada, a mí no me importaba, yo solo lo mire, lo bese, le di 100 besos en sus labios carnudos que tenía, le mire sus manitos, lo contuve en mis brazos y él solo me miraba, con un ojito abierto y el otro semi cerrado, estuve poco más de una hora con él, a solas, conversando con Dios y con mi hijo, diciéndole que yo había hecho todo por mi hijo, que yo se lo entregaba en sus manos y que siempre deje que se hiciera su voluntad, tenía mucha paz en mi corazón, sentía alivio porque sabía que mi hijo estaba feliz en los brazos de Dios, yo sabia y sentía que mi Ángel nunca sufrió, siempre lo único que le pedí a Dios, es que no lo hiciera sufrir, que yo me llevara todo ese sufrimiento, y así fue. Ya su cuerpo en mis brazos me pesaban, el estaba tieso, frío, muy helado, entonces comprendí que ya debía dejarlo, devolverlo con las enfermera y dejarlo descansar, así que llame a mi matrona y se lo entregue.

Ir a dejarlo al cementerio, fue hermoso, porque estuvimos con nuestras familias, nuestros verdaderos amigos, quienes de alguna u otra forma tratan de darte una palabra de aliento, palabras que te dicen con cariño, que entiendes que es con amor, pero no hay palabra en el mundo que pueda consolar la pena que se lleva en el corazón, siento que las palabras no sirven de nada, porque nadie sabe cuánto es el dolor que se siente al perder un hijo, sólo quien lo ha vivido lo sabe, pero al fin al cabo entiendes, que lo que te desean tus amigos y tu familia, es con amor.

Hoy me encuentro con licencia médica, ya que después del parto tuve muchas complicaciones, tengo tres operaciones en el cuerpo y otra que debo hacerme la próxima semana. Después de todo lo vivido, hoy estoy segurísima que el deseo que le pedí a Dios, se cumplió, que no hiciera sufrir a mi hijo, que todo ese sufrimiento me lo llevara yo, y después de tres operaciones y otra por venir, me doy cuenta que Dios cumplió mi deseo y se lo agradezco con todo mi corazón.

Hoy puedo entender que Mi Ángel vino a darme una lección de vida, a aprender a valorar lo que tengo, no lo material, sino lo espiritual, las cosas sencillas de la vida, la familia, los amigos y al padre de mi hijo, que si no fuera por él, yo no podría vivir esta pena, él ha sido mi cable a tierra en todo este proceso, hoy lo único que me mantiene en pie, es Mi Carlitos, con lo que nos pasó teníamos dos opciones, o nos separábamos porque el sufrimiento iba ser tortuoso o esto nos unía cada vez más, y nuestro amor nos llevo al segundo camino, él es el mejor hombre y la más linda persona que Dios puso en mi camino, el me dio un hijo maravilloso, que juntos lo disfrutamos y siempre estaré agradecida ese hermoso regalo.

También aprendí que no debo decirle a Dios como quiero las cosas, sino dejarlo a él que haga su trabajo, que se haga su voluntad, hoy me aferro a Dios y le pido a mi hijo que me de las fuerzas necesarias para continuar, porque estoy segura que volveremos a tener otra bendición en nuestras vidas.

Si no fuera por la enfermedad de mi hijo, jamás hubiese recuperado dos grandes amigas que en algún momento de la vida nos alejamos, la Jeny y la Jana, hoy están conmigo y una de ella vivió la experiencia de perder un hijo, actualmente nos juntamos y podemos conversar de lo mismo y ambas tenemos el apoyo de nuestra otra amiga.

A la vez, me di cuenta que tengo grandes otras grandes amigas, las que conocí porque son las señoras de los amigos de infancia de Mi Carlitos, ellas me han apoyado demasiado y también dentro de este grupo tengo una gran amiga, Paulina, que perdió a su hija llamada María José, y que actualmente tiene tres hijas maravillosas, una con síndrome de Down, que es preciosa!!,y una cuarta hija que viene en camino; a pesar de todas las penas que ella ha vivido, ella enfrenta la vida alegremente y llena de vida, por eso hoy me doy cuenta, gracias a ella, que se puede salir adelante, ella es un ejemplo en vida, de que si se puede, sabemos que es una pena que se llevará siempre en el corazón y que jamás se olvidará.

Gracias a todas, a Paulina, a Karina, a Andrea, a Tamara y a sus respectivos esposos, por el apoyo incondicional para con nosotros y para nuestros amigos y compañeros de trabajo que estuvieron con nosotros en todo momento.

Esta historia se la dedicamos a nuestras familias y amigos y en especial a ti, mi hijo querido, que se que aunque no estás físicamente con nosotros, podemos sentir todos los días tu presencia en nuestro hogar.

Te amamos, mi Príncipe Valiente, mi Ángel.

Con amor tus papás, Carlos y Pao

“Dios jamás nos da más sufrimiento del que no seamos capaces de soportar”

Julio 2010

 

 

Última actualización 12.03.2019